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Turno festivo
Hoy aunque sea martes es día festivo, 1 de mayo día del trabajo, pero me ha tocado. He dejado a la familia en casa y he venido a trabajar. Al llegar y hacerle el relevo a Nacho, veo que soy la única mujer del turno. Pienso que me espera un buen día.
Cuando el trabajo lo permite oigo conversaciones de motos, de Fórmula 1, de deportes en general, que si el Nadal va mal del codo o de la rodilla (no se lo que le pasa a este chico ultimamente con las lesiones), etc. Buen ambiente y mientras tanto el trabajo va saliendo mejor de lo esperado, teniendo en cuenta que es final de puente y tenemos un buen número de movimientos.
Ayuda que tenemos buena climatología, que no hay regulaciones ni tampoco incidentes dignos de mención, y también que tenemos un buen equipo de trabajo tanto en Operaciones como en la Plataforma, como viene siendo habitual. Tengo tiempo de hacer los informes que tengo que hacer, y de resolver las dudas que van surgiendo con la operativa. De repente, una llamada me recuerda que el turno va a finalizar al preguntarme, ¿Oye, que cenan los niños hoy?.
La pregunta no me sorprende, estoy acostumbrada a oírla tanto esté de turno como que no lo esté. De inmediato le paso la recurrente y facilona receta de los filetes de pollo empanados, y le recuerdo que primero se ponen en huevo previamente batido y después en pan rallado, y no al revés, aunque con la empanada que tiene mi pareja, seguro que se equivoca. Seguidamente sigo al tajo, queda poco para finalizar el turno y hay que dejarlo limpio de asuntos pendientes al relevo.
Estando inmersa en el parte de incidencias, y una vez terminado, una duda asalta mi cabeza, ¿Se habrá acordado de echar sal?, bueno ya es demasiado tarde para poder arreglarlo, así que lo dejo como está. Llega mi relevo, en este caso es Leo, a la que le informo de las incidencias habidas durante el mismo. Acabado el turno, y acordándome de algún que otro compañero, me despido de todos con un, nunca mejor dicho, “Señores, ha sido un placer”.
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