Empleada 76373 de Spanair

Agradable señora o señorita de pelo rubio y ojos azules como el mar, pena que en Madrid no lo haya pues eso se nota en su triste mirar. Sólo sabemos de usted, que es la empleada número 76373 de la compañía Spanair, Coordinadora de Facturación, y que nos conocimos en el mostrador 550 del aeropuerto de Barajas, cuando anclada estaba allí a su puesto de trabajo.

Recuerdo cuando llegamos a facturar y nos encontramos con su presencia y como se dirigió impasible hacia nosotros con un: “Han llegado 7 minutos tarde, el vuelo ya está cerrado”. Íbamos sin equipaje y tan sólo le pedimos que nos dejara volar en el vuelo con destino al aeropuerto de Palma de Mallorca, después de un frenético día de trabajo de idas, vueltas y venidas.

También recordamos su malévola sonrisa repitiéndonos una y otra vez que la facturación estaba cerrada, aunque todavía quedaran más de 30 minutos para que se cerrara el embarque.   

Entendimos sus motivos, tuvimos empatía, pero le pedimos y le rogamos, que nos dejara facturar, íbamos sin equipaje y con la reserva del vuelo en la mano. No nos quiso ayudar y ni siquiera oír, y cuanto más le rogábamos más desagradable nos mostraba su sarcástica sonrisa: “Vayan a la oficina de ventas y compren otro billete para el siguiente vuelo que tenemos dentro de cuatro horas”, nos espetó señalando con el dedo índice de su mano derecha la localización de la oficina de ventas  de Spanair.

Ante su latente terquedad, nos identificamos y le pedimos poder hablar con Operaciones de su compañía, para poder explicarles el problema que teníamos, pues todavía disponíamos de tiempo suficiente para poder embarcar en el vuelo.  Su respuesta fue un tajante y rotundo “No”. En ningún momento mostró flexibilidad alguna. No quería otros actores en su Función que le pudieran quitar su papel estelar.  

Le pedimos su nombre y una hoja de reclamaciones, y sobrada volvió a sonreír: “Mi número de empleada es el 76373”, “¿Pondrán en la Hoja de Reclamación que han llegado 7 minutos tarde a la facturación?, Gracias”, nos dijo utilizando un agrio tono y un irónico y burlesco acento.

Se sentía protagonista, fue su momento de gloria en ese día, tal vez lo necesitaba, era su momento de decir “No” y además era el momento de sentirse superior delante de dos desconocidos que sólo le pedían por favor, poder embarcar sin equipaje, en un vuelo con el billete del mismo en la mano y que por culpa del reloj habían llegado 7 minutos tarde a la facturación del mismo.

No quiso entendernos empleada 76373, no tuvo empatía, se cerró en banda empleada 76373 y nosotros fuimos de lo más correcto y lo sabe, a pesar de sus ganas de provocarnos con sus silencios, sus malévolas muecas y su sarcasmo a flor de piel. Pero bien sabe que en ningún momento caímos ni en sus trampas ni en su juego.

No nos cabe la menor duda de que tuvo un mal momento, pero nosotros no éramos quién para pagar por sus penas. Pero también sabía que el vuelo que acababa de cerrar, tenía asientos libres y que dos de ellos nos pertenecían a nosotros.

De lo que sucedió después no le vamos a contar nada, no se lo merece, sólo le podemos decir que llegamos a nuestro destino según la hora programada de llegada que teníamos en nuestras reservas.

Empleada 76373, esperamos y deseamos que no tarde mucho en llegarle este post dedicado. Cuanto menos siéntase agradecida y orgullosa, pues sin saberlo es la estrella de este pequeño disparate provocado por su inflexible e incomprensible actitud.

• Prev
• Next