Gran Hermano

Nos comentan fuentes bien informadas, la Emergencia de una aeronave militar extranjera por un problema técnico. La aeronave formaba parte de una escuadrilla que estaba repostando en vuelo.

Lo sorprendente del caso es que poco después de que se declarara la Emergencia, recibieron en Operaciones la enigmática llamada de una persona en habla inglesa, que se identificó por su apellido e informó en concreto desde donde llamaba, preguntando sobre el desarrollo de la incidencia. Lógicamente, nos cuentan que no se le dio información alguna y se le facilitó un número de teléfono para que se informara.

Al final y después de una hora desde el inicio de la Emergencia, la aeronave aterrizó en el aeropuerto sin novedad, gracias a la pericia del piloto, y a que la Emergencia estuvo bien cubierta, debido a la buena coordinación entre los diferentes servicios implicados.

Pero volviendo a la enigmática llamada, uno ya no se pregunta si realmente la realidad supera a la ficción, porque realmente la supera. ¿Cómo se enteraron de lo que estaba aconteciendo a tantos kilómetros de distancia? ¿Qué sistema de comunicaciones utilizaban las tripulaciones para comunicar la incidencia a su Central?, ¿Un simple móvil?, ¿Cómo sabían el número de teléfono interior del aeropuerto al que llamar para informarse?, ¿Estaban siguiendo la Emergencia en tiempo real y les preocupaba saber lo que estaba ocurriendo en los intramuros del aeropuerto en el que la aeronave tenía previsto aterrizar?.

Está claro que quién llamó, sabía lo quería, a quién dirigirse, y quién le iba a informar mejor. Lo cual presupone que disponían de una buena y fiable base de datos, y que las comunicaciones se realizaran en tan corto espacio de tiempo, solo parece indicar que estamos vigilados 24 horas al día por el ojo de un Gran Hermano (1984, George Orwell).

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