Mercancias peligrosas

Se acerca al aeropuerto un tráfico militar. Se trata de un Hércules C130 de un país europeo perteneciente a la OTAN. No sabemos ni de dónde viene ni a donde va, lo único que sabemos es que ha requerido al ATC una escala técnica para repostar combustible y que no ha notificado ninguna anomalía o información de interés.

Al ser un vuelo militar lo suyo sería que fuera a la plataforma de la Base Aérea, pero debido al tamaño de la aeronave la categoría contraincendios no le es suficiente y sí la del aeropuerto, de ahí la razón de su petición de ser estacionado en zona civil.

El handling, obligatorio para toda aeronave que use las infraestructuras del aeropuerto, se lo hace una compañía que a su vez le tramitará todo aquello que necesite en su corta estancia y en su salida.

Puesto en contacto el agente handling con Operaciones, se le pregunta si saben si la aeronave militar transporta mercancías peligrosas, para en función de la respuesta llevarlo a una zona o a otra del aeropuerto, a lo que nos contestan que no lo saben, que una vez en tierra se lo preguntarán.

Al desconocer en principio el dato requerido, se decide que lo mejor será asignarle un stand alejado de las aeronaves comerciales. Un poco más tarde, y por los ventanales del Centro, observamos el aterrizaje del Hércules, que va pintado de un color gris claro y está bastante sucio, lo que delata que lleva una larga misión, y como seguidamente es guiado por un Sígame a su posición asignada.

Minutos después recibimos la llamada del agente handling que a nuestra pregunta sobre las mercancías peligrosas nos informa que la tripulación les ha dicho que no llevan, “Que sólo llevan un cargamento de armas y municiones, pero que de mercancías peligrosas nada de nada”.

Ante la respuesta dada, nos pareció que no hubiera estado de más por su parte informar al ATC antes del aterrizaje del contenido de su carga, para con un criterio más real haberlo alejado lo más posible de posiciones anexas a aeronaves y edificios civiles. Ya sabemos que nunca pasa nada, hasta que pasa.

Sinceramente me pregunto qué deben entender por mercancías peligrosas los vuelos militares, y a colación me viene a la memoria la frase de un piloto de un F18 de la US Navy, que se desvió al aeropuerto en emergencia por un problema en el tren de aterrizaje delantero, y que ante la pregunta de si llevaba hidracina, combustible letal en caso de explosión, de la forma más natural respondió “Si, llevo hidracina pero no se preocupen que no la voy a utilizar”.

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