Maletas

Llego al aeropuerto con tres maletas que tengo que facturar. Esta semana me he estado informando de cómo funciona el SATE (Sistema Automático de Tratamiento de Equipajes), sistema encargado de dirigir las maletas una vez facturadas, hacia la bodega de su vuelo de destino.

Que si cintas transportadoras organizadas por hipódromos para dirigir correctamente los equipajes a sus destinos, que si tomógrafos para revisar el contenido de los mismos, todo un laberinto subterráneo por el cual viajan nuestras maletas, para nuestra seguridad y la de todos.

Una vez llego al mostrador de facturación, muestro mi billete al operador del vuelo, y haciendo gala de mis conocimientos sobre el SATE, y sin arrugarme lo más mínimo, le comento: “Mire, esta maleta me la manda para París, esta otra para Londres y esta última para Tokyo”.

Ante su atónita mirada, amablemente me responde: “Caballero, eso no es posible, su billete es para Barcelona”, a lo que más amablemente le contesto: “Perdone, ¿Cómo no va a ser posible si hace quince días con el mismo billete y trayecto lo hicieron?”.

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