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Fauna Aeroportuaria
Acabamos de recibir una llamada informando que han encontrado un gran panal de abejas colgado en el interior de un finger que se ha debido formar esta última noche.
El turno pasado fue una invasión de grillos en el módulo C, por no recordar a la pitón de metro y medio que se encontraron paseando por debajo de una pasarela a altas horas de la madrugada, que se supone que se zafó de algun equipaje, o por no hablar de los perros que se escapan de las jaulas en las que viajan en las bodegas de los aviones.
Fauna a la que hay que añadir, los diferentes tipos de mamíferos como liebres, conejos, zorros, ovejas, cabras, etc, o aves, como gallinas, perdices, gaviotas, garzas o garzillas, que campean por las inmediaciones del campo de vuelo y por el interior del mismo.
Pero hoy tocan abejas. De la captura de los animales vivos, y de la retirada de los muertos, se encarga el servicio de Control de Fauna del aeropuerto, también conocido como halconeros, pero de insectos, nos parece que no se van a hacer cargo. Puestos en contacto con ellos, nos dicen que no, que efectivamente no retiran panales de abejas y que seguramente será el Servicio de Salvamento y Extinción de Incendios (SSEI) quien pueda hacerse cargo, aunque también investigarán por su cuenta.
Después de dar de baja a la pasarela y recolocar los diferentes vuelos afectados por el cierre de la misma, llamamos al parque de Bomberos y les comentamos el tema de las abejas, a lo que nos indican que no hay problema y que ellos se encargarán de la retirada del panal. Una vez en el interior del finger, la primera idea que se les ocurre es lanzar un potente chorro de agua con la manguera para espantarlas y destruir el panal, cuestión que es rechazada a la primera, ya que las abejas están protegidas y no se pueden matar y también porque el interior del finger podría quedar anegado.
La segunda opción que barajan es la de hacer humo quemando una antorcha para espantarlas, típica idea de bombero, pero es otra solución que también se rechaza ya que el finger podría quedar dañado y ahumado. Finalmente llama el servicio de Control de Fauna para indicarnos que han hablado con un apicultor que estaría dispuesto a acercarse hasta el aeropuerto y hacerse cargo del panal.
Como el apicultor no puede acceder al lugar donde se encuentra el panal, se le dice al SSEI que se coloquen el EPI (Equipo de Protección Individual), recojan el panel con cuidado, lo pongan en una caja, la cierren y se la den a un Sígame para que se la lleve a los halconeros que a su vez se encargarán de hacerlo llegar al apicultor.
Y de esta manera finalizó esta incidencia que no hace nada más que demostrar que en un aeropuerto no sólo trabajan personas y pasan pasajeros, sino que también cohabitan en él la más variopinta fauna, ya sea más grande o más pequeña, con o sin alas y con dos, cuatro, seis u ocho patas.
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