Tormentas

Son las 0930 de la mañana de un día cualquiera del mes de septiembre y el horizonte está completamente cubierto por unas nubes negras que no hacen más que presagiar una gran tormenta. Miro el Outlook de mi ordenador y veo que ha entrado un email del Instituto Nacional de Meteorología (INM) informando de una tormenta que posiblemente afectará a la zona del aeropuerto en los próximos 20 minutos, situada al W y desplazándose al W del aeropuerto.

De repente y a través de las cristaleras del Centro de Operaciones vemos el dibujo de un gran rayo y poco después el enorme estallido de un trueno. Seguidamente recibo otro email indicando la presencia de rayos en un círculo de 8 Km alrededor del aeropuerto y el inicio de la fase de Alerta.

Voy hacia la Oficina de Meteo y hablo con el Observador, que mirando el radar de rayos, me confirma que sí, que con la dirección actual del viento la tormenta se dirige con toda seguridad hacia el aeropuerto y que por la gran cantidad de rayos que aparecen en la pantalla, parece que va a ser bastante virulenta.

Tiro del procedimiento de Fenómenos Meteorológicos Adversos, y empiezo con la rueda del Checklist. A los agentes Handling les aviso por el SITA y a las compañías abastecedoras de combustible las llamo por teléfono. A todos les indico que estamos en fase de Alerta por lo que se suspenden los repostajes con pasaje a bordo (RCPB), no así los que se vayan a realizar sin pasaje, pero que estén atentos ya que la tormenta se dirige de lleno hacia el aeropuerto y si entramos en Alerta Máxima, se suspenderán todos los tipos de repostaje.

Y solo era cuestión de tiempo, a los 15 minutos entra otro email indicando la presencia de rayos en un circulo de 5 Km alrededor del aeropuerto. Estamos en Alerta Máxima. Otra vez al SITA, al Checklist y al teléfono, pero esta vez informando que quedan suspendidos todos los repostajes hasta nuevo aviso. Están cayendo chuzos de punta y rayos y truenos por todas partes, ¡Vaya espectáculo!. Y como era de esperar, el ACC acaba de regular las salidas debido a mal tiempo.

Al cabo de un rato me llama el representante de una compañía, un viejo conocido, que me pide información sobre la situación. Le informo que estamos en Alerta Máxima y los repostajes quedan suspendidos hasta nuevo aviso, lo cual no parece agradarle mucho, ya que según me cuenta, tiene tres aviones con el pasaje embarcado, regulados, y dos necesitan repostar, por lo que piensa que si no pueden, perderán el SLOT y la demora será mayor.

Le comento que siendo así, lo único que puede hacer es esperar a que la tormenta amaine, pasemos de la Alerta Máxima a la fase de Prealerta, reposte a sus aviones, y si han perdido el SLOT, que soliciten un REA a la TWR. No conforme con mi explicación, me indica que sus aviones tienen que repostar de inmediato, a lo que le digo que no es posible. Llegado este momento, la conversación se tensa y en un tono bastante enérgico, me suelta como el que no quiere la cosa: “Que reposten bajo mi responsabilidad”.

Después de oír tal lapidaria frase, se hizo un breve silencio en la conversación, y con tono sereno pero firme, le respondo: “Mira, ni bajo tu responsabilidad, ni bajo la de nadie. Si hay un procedimiento establecido como medida de Seguridad para este tipo de situaciones, lo tienes que cumplir como todos”. No hubo más conversación.

Entiendo que en esta situación él estaba defendiendo los intereses de su compañía y como tal tenía que actuar, pero también tenía que entender que no se podía hacer una excepción en base a una supuesta ”responsabilidad impropia”, no compartida por el resto de compañías aéreas afectadas. Pasados unos 15 minutos desde la Alerta Máxima, pasamos a la fase de Prealerta, recuperando la normalidad en los repostajes.

Tras unos 40 minutos la tormenta pasó, volviendo a Situación Normal, y así me lo indicaba otro email recibido. Tira otra vez de SITA, Checklist y teléfono.

A la semana siguiente me encontré con este representante y estuvimos charlando un buen rato. De la tormenta de la semana anterior ni hablamos. Por cierto, sus aviones tuvieron suerte y sólo sufrieron una pequeña demora, debido entre otras cosas, a que las tripulaciones solicitaron un REA a tiempo.

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