Exitus Letalis

Category: General Published: Thursday, 20 February 2014 Written by SICA Blog

Diez y treinta y cuatro de la mañana, nos informan que en una puerta de embarque se acaba de desplomar un pasajero y que se le está practicando una reanimación cardiopulmonar por parte de personal de Aena, agentes de Terminal, y se nos pide asistencia médica urgente.

Pasados unos tres minutos llega el servicio médico. En esos momentos ya hay un cúmulo de gente curiosa que más que ayudar, llega incluso a entorpecer las labores de reanimación. Pasados unos diez minutos se nos pide la ayuda exterior de una ambulancia con UVI medicalizada para el traslado del pasajero, petición que es atendida de inmediato.

Antes de que llegue la ambulancia fallece el pasajero ante los llantos inconsolables de una persona que le acompaña y de dos personas más, anónimas en la multitud, que han querido acompañar y estar presentes en el deceso. Mientras tanto alrededor del cuerpo inerte y cubierto por una fina capa dorada y separado del resto por unas mamparas, se oyen conversaciones más o menos distendidas de personas que no parecen ser conscientes del luctuoso hecho, y de pasajeros conscientes que comentan: “Seguro que salimos con retraso, como llevara equipaje, habrá que hacer una ronda de reconocimiento”.

Al mismo tiempo en el Centro de Operaciones, la sala que ha sido testigo en directo de la muerte del pasajero a través de las frecuencias y de los teléfonos, reina un gran silencio, roto cuando alguien comenta: “Que triste que es morirse en un aeropuerto”, a lo que alguien le responde, “Peor es en una carretera”. (In memoriam a todos ellos).

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