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Punteros Láser
Hace unos dos o tres veranos y por estas fechas, Javier, un buen amigo ATC, me comentó que hacía unas pocas noches un tráfico le había inquietado con una pregunta poco usual. El tráfico en cuestión le había reportado que una intensa luz verde le estaba molestando en la aproximación hacia el aeropuerto y quería saber de donde procedía.
Sin pensármelo dos veces, recuerdo que le comenté: “Un OVNI, seguro que era un OVNI”. Entre risas y carcajadas, dejamos el asunto aparte y nos dedicamos a lo que habíamos quedado, a pasar una plácida jornada de pesca.
Pero el suceso que me comentó, se volvió a repetir meses y años después, coincidiendo siempre con la temporada estival. Tanto fue así que los informes reportados por el ACC al Centro de Operaciones, empezaban a quedar en manos de la autoridad competente, que a través de sus pesquisas intentaba buscar entre discotecas varias, la presencia de potentes y perturbadores focos, pensando que estos pudieran interferir en la trayectoria de cualquier aeronave en vuelo.
Pero nada de nada, los informes no debían reportar negligencia alguna ni rastro de focos por parte de ninguna de las sala de fiestas investigadas, ya que los molestos destellos se seguían produciendo y seguían siendo reportados. Y es así como nos presentamos en este verano de 2011.
Hace unos pocos días, y paseando con unos amigos por un pueblo costero en fiestas, Port d’Andratx, me llamo la atención un solitario vendedor ambulante que tenía entre sus manos una especie de lápiz que emitía una luz de color verde y que alumbraba contra el suelo dibujando diferentes figuras geométricas, como si las de un caleidoscopio se tratara.
Intrigado y en compañía de Pedro, uno de los amigos con los que estaba, le pregunté al vendedor que qué era ese lápiz, amablemente nos contestó que era un Puntero Láser y que su precio era de 20€. Seguidamente le comentamos que como hacía esas figuras en el suelo, a lo que nos respondió que era un filtro que utilizaba el puntero y que lo ponía para llamar la atención de los niños, los cuales nos dio a entender, eran sus mejores clientes.
Llegados a este momento fui más allá y le pedí si podía retirar el filtro para ver el alcance que el puntero tenía. No nos puso ninguna reticencia y nuestra sorpresa fue ver su alcance, pues señalaba directamente y en una perfecta línea recta a una distancia que estimamos en unos cuantos kilómetros. Seguidamente nos despedimos y volvimos con el resto del grupo.
La sorpresa fue cuando entrada la noche empezamos a ver una luz verde que empezaba a apuntar todo aquello que se movía o estaba quieto, barcos, casas, personas, coches y la mayor sorpresa fue cuando me di cuenta que quién tenía el puntero en sus manos era un niño que parecía no tener más de siete años y que al lado de sus padres, que gustosamente saboreaban unos helados, se entretenía en mover el puntero en un plano horizontal y sin sentido alguno, hasta que de repente y por aquello de su curiosidad, empezó a elevar el ángulo de acción del puntero hasta llegar al zenit de la Bóveda Celeste.
Pero de repente el niño se debió dar cuenta de que en el estrellado Cielo, también había elementos en movimiento y más cercanos que aquellas inalcanzables estrellas, y empezó a señalar a algunos puntos que destellaban unas luces verdes, rojas y blancas, en dos palabras, a aeronaves en vuelo. Entonces empecé a comprender de donde provenía aquella luz verde que en su día Javier me comentó.
Dos días después entré de turno en el Centro de Operaciones y cual no fue mi sorpresa cuando leyendo los partes de incidencias de los días anteriores, leí la siguiente incidencia que coincidía en fecha y en hora con lo que había presenciado: “20:00 UTC, AEA4060 informa de rayo láser verde sobre Andratx”.
En este caso, ni OVNI’s, ni discotecas, ni salas de fiesta de moda, simplemente se trataba de un vendedor ambulante, un puntero láser y un niño juguetón. Supongo que éste caso no debe diferir mucho de otros que se han dado y que se siguen dando.
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