¿Hacia dónde vas Aena?

Erase una vez, un mundo al revés…. éste sería un bonito comienzo para el esperpéntico cuento en el que se está convirtiendo la mayor empresa pública de la que muchos comieron, pillaron, enceraron, comisionaron, gastaron, enchufaron, enriquecieron, defraudaron, mintieron, especularon y defenestraron para poder privatizar sus pingües beneficios entre sus amigos del alma.

Para que quede claro, Aena es una empresa líder en su sector sin parangón, que no tiene ningún problema de liquidez, que está endeudada, si, gracias a nefastos criterios políticos, inversiones en estructuras faraónicas, un sistema de presupuestos demasiado supuestos y alguna que otra cosa de mal olor, pero que es bien capaz de hacer frente a sus compromisos después de pagar todos sus sueldos, amortizaciones de deuda, incentivos, privilegios, etc., y sin que además, le cueste un mísero céntimo de euro al contribuyente.

Si Aena se gestionara bien, empezaría de nuevo a incrementar las arcas del Estado y aliviar con ello la presión fiscal que empieza a lapidar a nuestros conciudadanos. Pero al parecer, las personas que tienen el poder, creen que es mejor que sea suciedad anónima, perdón sociedad anónima, en qué estaríamos pensando, para que esos beneficios repercutieran directamente en los bolsillos de la “casta” de siempre, independientemente del color político que gobierne en este País, (esto seguro que suena).

Debemos ser conscientes que nuestro patrimonio está siendo diezmando a favor de las grandes fortunas, ya dicen que quien tiene un “amigo” tiene un tesoro, y que cada vez hilan más fino para rebajar costes y poder vender este diamante que es Aena, eliminando su esencia, es decir a los trabajadores, que son su mayor y mejor activo como manifestó una vez uno de sus presidentes, por medio de un ERE para los mayores de 55 años, llamado por esa gente que tanto le gusta cambiar los nombres, “Plan Social de Desvinculaciones Voluntarias”.

Y todo ello para poder vender algo que pueda aliviar nuestra maltrecha economía, sí, un empujoncito para salir de la crisis. A cambio veremos cómo el diablo pacta y se encarga de engordar barrigas pudientes y estómagos satisfechos. Y es que el refranero es sabio, y ya se sabe que entre tanto padrino y bautizo… con la Iglesia hemos topado, y mientras no despertemos de nuestro letargo, esto seguirá ERE que ERE.

Y ahora la gran preocupación reside en si debe ser un 49% o un 51% el porcentaje que se deben repartir los “inversores”. Esto implica, como diría Shakespeare, el ser o no ser servicio público, es decir que los dineros sirvan para el mantenimiento de la red y engrosamiento de las arcas públicas con los beneficios que se generan, o únicamente para el engrosamiento de los bolsillos de la “casta” y amigos del Gobierno y oposición de este País.

Gobernantes que dejan que dilapiden una empresa líder en su sector, y referente mundial, poniendo a dirigirla por “oscuros méritos” a privilegiados tuercebotas, Audi arriba Audi abajo, y cuyo mayor objetivo es aumentar su estatus y maquinar como recortar costes para que sea más rentable la privatización y crear de esa manera, nuevos puestos ocupables por personajes a los que les gustan las “puertas giratorias”, convertidas en verdaderas “puertas abiertas”. Véanse ejemplos como Telefónica, Endesa, etc… y es que ya lo vuelve a decir el refranero: favor con favor se paga.

Aunque si los aeropuertos dejan de ser de interés general y único del Estado, antes que los inversores privados algo tendrán que decir la comunidades autónomas (CCAA), ya que en muchos estatutos de autonomía, como por ejemplo, el Vasco, el Balear, el Canario, el Catalán, el Valenciano, etc, tienen artículos que especifican que si los aeropuertos dejan de ser interés general y su gestión única y exclusiva del Estado, las CCAA podrán reclamarán ese derecho de gestión.

¿Cómo conseguirán entonces esa privatización tan buscada?, ¿Promesas a las CCAA? ¿Privilegios para sus gobernantes?, ¿O lo que la mayoría racional e indignada piensa?.

Y cambiando de tema, un apunte para finalizar: si las cosas siguen así en este País, pronto nos van a expedientar por pensar o respirar, ya que por cumplir con la obligatoriedad de notificar incidentes y preocuparse por la seguridad de los demás ya lo están haciendo.