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Fomento privatizará Aena en un solo bloque
ABC, 26 de abril de 2012. Apenas un mes después de su nombramiento como ministra de Fomento, Ana Pastor anunció la que se convertiría en una de sus primeras medidas de calado: el aplazamiento de la privatización de AENA hasta «mejores tiempos».
El Ejecutivo temía que el cerco constante de los mercados a la deuda pública española mermara el importe de los activos del mayor operador aeroportuario del mundo, que en 2011 prestó servicio a más de 204 millones de pasajeros.
Con el fin de dotar de nuevo de valor a una sociedad lastrada por una deuda superior a 14.000 millones de euros, el Gobierno optará por un «modelo de gestión en red» cuyo principal objetivo será «reducir los gastos» y lograr «un Ebitda (resultado operativo) positivo», condición necesaria para retomar el proceso «en plazo no inferior a los dos años», según fuentes de AENA.
El Ejecutivo recurrirá a varios cauces de optimización de costes -como la liberalización de las tiendas libres de impuestos y las subidas de las tarifas aeroportuarias, entre otras- para a partir de esa fecha abrir parte del capital a los inversores privados, que, previsiblemente, tendrá como tope el máximo legal permitido del 49%.
El Gobierno pondrá así sobre la mesa un sistema de gestión diametralmente opuesto al que proponía el equipo del anterior ministro, José Blanco, quien abogaba por licitar los aeropuertos por separado (con la concesión frustrada de Barajas y El Prat como máximos exponentes).
De paso, AENA atajará también la polémica sobre el traspaso de competencias aeroportuarias desde el Estado a las comunidades autónomas, una de las exigencias en las que más hizo hincapié la Generalitat de Cataluña durante el anterior proceso de privatización. En este sentido se pueden interpretar las palabras del consejero de Territorio y Sostenibilidad catalán, Lluís Recoder, quien al poco tiempo de recibir la noticia de la suspensión de las privatizaciones reclamó que el aeropuerto barcelonés no se supedite «al paraguas de la de Barajas» y exigió «una gestión descentralizada» de estas infraestructuras.
El sistema propuesto por la sociedad presidida por José Manuel Vargas se traduce en que «una única entidad» se encargará de la gestión del conjunto de los 47 aeropuertos pertenecientes a la red estatal. AENA Aeropuertos persigue, de este modo, obtener sinergias y un acceso más ágil al crédito, así como ofrecer una «calidad más elevada y homogénea» a los usuarios. «La adquisición conjunta de equipos, los costes compartidos de investigación y desarrollo, la obtención de mejores condiciones de financiación o mejores condiciones en la negociación con concesionarios comerciales son algunos ejemplos de sinergias», indica la sociedad en un informe al que ha tenido acceso este periódico.
Podría haber, sin embargo, algunas concesiones. Esta medida no será óbice para que, aunque la gestión no sea autónoma, se permita «a cada aeropuerto tener contabilidades propias y autonomía en la operativa diaria».
En dicho texto, el operador recuerda que otros gestores en el extranjero también han recurrido a esta fórmula, como el alemán Fraport, el inglés BAA o el francés Aéroports de Paris.
Esta batería de propuestas se presentará de manera complementaria a las que el propio Vargas esbozó durante su primera intervención en la Comisión de Fomento del Congreso de los Diputados. «El fortalecimiento financiero de AENA pasa sobre todo por mejorar sus resultados económicos, por aumentar sus ingresos, por incrementar su participación en la gestión de aeropuertos fuera de España y por vender su "know how"», destacó.
Únicamente después de la consecución de estos objetivo «se procederá a a la entrada de capital privado, siempre sopesando su oportunidad temporal», apuntó Vargas cuando se le preguntó por uno de los diputados.
El anterior presidente del operador, Juan Ignacio Lema, tenía previsto que AENA cerrara con unos beneficios de 16 millones de euros el ejercicio de 2011. La cifra se ha puesto en entredicho después de que, como reveló Pastor, algunas magnitudes, como la deuda, resultaran peores que las inicialmente reconocidas.
El Gobierno actual prevé que el pasivo del grupo cierre el año en los 14.530 millones de euros, importe un 2,7% inferior al de 14.945 millones al de 2011. Y ello pese a que los Presupuestos Generales han recortado en un 17% las inversiones de la compañía en 2012, hasta 1.015 millones de euros. Algo que el propio José Manuel Vargas justificó. «AENA no puede seguir viviendo por encima de sus posibilidades ni se puede permitir el lujo de contar con infraestructuras infrautilizadas».
http://www.abc.es/20120426/economia/abcp-fomento-privatizara-aena-solo-20120426.html
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