¿Censura Informativa?

Desde hace unos días Aena ha decidido el cese de la publicación de los resúmenes de prensa en la Intranet de sus centros de trabajo, según cuenta su Dirección de Comunicación, en un comunicado emitido el pasado mes de mayo:

“En cumplimiento de la Ley de Propiedad Intelectual (LPI), que regula los derechos de explotación de las obras dentro de la cuales se incluyen los artículos periodísticos, y conforme a los establecidos en los artículos 17,18 19 y 20, nos vemos obligados a suspender el envío por correo electrónico y a dejar de publicar en la Intranet el resumen de prensa”.

No corren buenos tiempos para Aena en la prensa: que si ERE’s para sus trabajadores, que si preguntas al Gobierno en el Parlamento y en el Senado sobre los privilegios de sus directivos o sobre la falta de planificación y mala gestión de sus recursos humanos, que si denuncias sindicales ante organismos públicos, que si escándalos como el que su directora financiera se quede sin un Audi Q3 por presiones sindicales, o como el más reciente, sobre el montante gastado en cursos de alta dirección del todo prescindibles en los tiempos que corren por Aena.

Y tampoco debe de ser plato de buen gusto para sus directivos desayunar con estas noticias publicadas en la Intranet, que aparte de causar un cierto grado de indignación y recelo entre sus empleados, no se antoja del todo conveniente, más aún cuando se pretende abordar una privatización que lo último que requiere es un clima laboral inestable.

Tal vez con esta medida de no publicar los resúmenes de prensa traten de encontrar remedio y paliar los efectos, pero no deja de ser una manera de ejercer una censura informativa por parte de Aena, amparada y aprovechándose de la LPI, aunque sus empleados dispongan de otras vías no oficiales para mantenerse informados.

De todas maneras el problema de fondo no está en la prensa y sus artículos, que son una fiel realidad de lo que está ocurriendo en Aena, sino en la manera de como se está gestionado, y cómo sus empleados ven que, mientras compañeros de trabajo tienen que abandonar la empresa por un mal llamado "ERE voluntario", enmarcado en un escenario de crisis, sus directivos, veteranos y noveles, siguen haciendo y deshaciendo a su antojo, como si vivieran en otro estadio diferente.

Algo más aún tiene que cambiar en Aena.

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